abrielle Chanel llegó por primera vez a Escocia en la década de 1920, atraída no por la belleza de sus paisajes escarpados, y ciertamente no por su clima impredecible, sino por su historia de amor con el duque de Westminster, a quien conoció en 1924 en Montecarlo. La pareja pasó los fines de semana refugiada en Rosehall Estate, ahora abandonada, en Highlands. Buscando una manera de mantenerse abrigada en los vientos cortantes, Mademoiselle, como la conocían, tomó prestadas las chaquetas de tweed de su aristocrático amante. Sería la primera en introducir este tejido de sarga en la alta costura.

Tweed toma su nombre del río Tweed, que atraviesa la región fronteriza de Escocia. Fue usado por primera vez por agricultores que buscaban un tejido resistente que mantuviera a raya el frío y la humedad. Más tarde, en el siglo XIX, las clases altas inglesas desarrollaron el gusto por la campiña Escocesa, donde podían satisfacer su afición a la caza y la pesca, y adoptaron el tweed.

El collar Tweed Royal, pieza central de la colección, está tejido en oro amarillo y adornado con una cadena.

Patrice Leguéreau, director del Estudio Creativo de Alta Joyería de Chanel, se inspiró en el tweed en 2020 para crear una primera colección de alta joyería, “Le Tweed de Chanel”, compuesta por 45 piezas. Este segundo capítulo está compuesto por 63 piezas de alta joyería. Explica que “para esta nueva colección de alta joyería, quería ir más allá con esta interpretación del tweed creando un verdadero tejido de piedras preciosas que fuera ligero y flexible. Mi sueño era crear tweed engastado con piedras preciosas”.

El director del estudio se inspiró en cinco objetos que eran importantes para Gabrielle Chanel. Primero, la cinta blanca que se teje en el tweed. En Lesage, especialista en bordado, los tweeds se tejen hilera a hilera en telares, incorporando encajes o cintas de seda entre los hilos de lana para producir un tejido más que precioso.

El segundo tema es la camelia rosa, una de las flores favoritas de la modisto. A continuación, el cometa sobre un fondo azul, un sol amarillo y, por último, el león (nacido el 19 de agosto de 1883, Mademoiselle era Leo), sobre una paleta de rojo intenso. Patrice Leguéreau recurrió al oro, el platino, las perlas, las piedras preciosas y el cristal de roca para transformar su visión en realidad.

El aspecto más destacable de la colección es la forma en que los joyeros de Chanel han recreado la urdimbre y la trama del tejido. La textura flexible y los múltiples patrones del tweed se representan a través de intrincados tejidos de hilos de oro y platino y a través de hábiles calados. La pieza central de la colección, el collar Tweed Royal, parece a todo el mundo una pieza de tweed; un precioso trompe l’oeil de eslabones de oro amarillo, engastados con diamantes y rubíes y rematado con una cadena de oro.

Este impresionante collar ya se vendió cuando la colección se presentó a la prensa. ¿Teníamos envidia? Un poco. ¿Aliviada? Sí: porque mientras haya coleccionistas capaces de apreciar tal nivel de experiencia, y con los medios necesarios, podremos estar seguros de que el arte de la joyería seguirá existiendo.