ada uno se destaca, ya sea por la fuerza de su marca o por su capacidad para convencer a una muñeca desnuda de que es mejor estar rodeada por un objeto que proporcione una variedad de datos. Por un lado, hablamos de un logo simbólico adornado con agujas, contadores y pulsadores; y por otro, tenemos el ritmo cardíaco, o un SMS de la novia (los dos suelen estar conectados...). Nos referimos, por supuesto, al gran debate que sacudió el mundo de la relojería cuando se anunció el lanzamiento del Apple Watch en 2014.

Sin embargo, ese debate parece haber desaparecido más o menos del radar, a pesar de ser el tema diario de discusión sobre relojería hace poco tiempo. ¿Recuerdas cuando Google e Intel aparecieron en la entrada de Baselworld? ¡Horror! Mientras tanto, Intel ha abandonado en gran medida el mercado de relojes conectados... No hay suficiente demanda para el actor del mercado masivo. Por el contrario, Apple Watch se ha convertido ahora en el líder indiscutible del mercado de relojes conectados.

Decir la hora puede ser útil En un interesante artículo de nuestro colega de Le Temps, Valère Gogniat reflexionó sobre los relojes que adornaron las muñecas de las figuras más influyentes del mundo en el último Foro Económico de Davos, desde empresarios hasta líderes políticos. ¿El veredicto? A pesar del puñado de muñecas desnudas, había algunos relojes mecánicos o de cuarzo, pero abundaban los relojes Rolex y Apple.

Es un reflejo fiel de la situación actual del mercado. Se compra un Rolex (y, por extensión, otras marcas tradicionales de relojería) no sólo por su poder simbólico de atracción, sino también por su probada fiabilidad e incluso (¡lo crea o no!) para dar la hora.

Porque, a pesar de las palabras tranquilizadoras de muchos ejecutivos de la industria cuando se enfrentan a acusaciones de que los relojes han perdido su capacidad de decir la hora, hay que admitir que tener un reloj de pulsera es mucho más fácil que sacar el teléfono inteligente cada cinco minutos. En cuanto a la hora, Rolex sigue siendo el amo del juego, con 4,7 mil millones de dólares en ventas cada año, según estimaciones de Vontobel, frente a 1,8 mil millones de su rival Omega. Por otra parte, “las cifras de Vontobel siempre están equivocadas, pero cada año lo son menos”, como comentó irónicamente un ejecutivo relojero anónimo.

Por otro lado, aunque Apple puede no haber tenido el mismo éxito con el Apple Watch que con el iPhone o el iPad, está claro que el gigante californiano ha conseguido captar millones de muñecas. Con 18 millones de unidades vendidas el año pasado, según la revista Fortune, representa más o menos la mitad de las ventas de relojes inteligentes en el mundo. El 1 de febrero, la compañía, aunque carecía de datos oficiales precisos, anunció que su modelo Serie 3 (por el momento desconectado del teléfono móvil) se vendía por “el doble” que su predecesor y que se pensaba que registrará un crecimiento en ventas de alrededor del 50% por cuarto trimestre consecutivo. En esta era del yo cuantificado y en una época en la que la cuestión de la obsesión por la salud sólo rivaliza con la de la obsesión por uno mismo, ¿realmente resulta esto tan sorprendente?

... es sorprendente la frecuencia con la que Rolex y Apple ocupan un lugar destacado en su subconsciente.

Arraigado en el inconsciente colectivo Esto no excluye la posibilidad de una forma tecnológica híbrida en el futuro. Las posibilidades son infinitas, como demostramos en este artículo. Pero las industrias relojeras tradicionales y conectadas pueden al menos contar con algunos símbolos fuertes, que parecen haber llegado para quedarse.

Todos tenemos amigos que ignoran por completo el mundo de la relojería (¡pobres almas!), por lo que puede ser divertido pedirles que nombren algunas marcas de relojes... Aparte de Swatch, que es popular entre los niños desde una edad temprana, o Como nombres líderes en la industria de artículos de lujo que también incursionan en la relojería, es sorprendente la frecuencia con la que Rolex y Apple ocupan un lugar destacado en su subconsciente. Y por el momento, incluso ellos pueden notar la diferencia entre los dos...

|Con unas ventas de 4.700 millones de dólares al año, según estimaciones de Vontobel, Rolex sigue siendo el amo de la relojería tradicional. |Con 18 millones de unidades vendidas el año pasado, según la revista Fortune, Apple se ha convertido en el amo del juego en el nuevo mundo de los relojes inteligentes.

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